martes, 17 de enero de 2023

Shakira y la filosofía

En los últimos días el tema en cualquier ambiente ha sido la  letra de la canción de Shakira y BZRP en la que se hace referencia a una situación personal y se compara un Rolex con un Casio y un Ferrari con un Twingo. En lo que va de esta década nada ha hecho más por el pensamiento lógico que esta canción. Dejando afuera las cuestiones personales y afectivas, el dolor y la inteligencia emocional, la escasa poesía de la letra; el falso nacionalismo; el posible plagio; la música y el futbol; las cascadas de memes y el golpe publicitario. Este es el primer asunto que pone a la mayoría de la gente a pensar. No se trata de un tema político como la guerra entre Rusia y Ucrania en que el sentimiento y la historia nublan la mente de algo que se siente o muy ajeno o muy personal. Aquí se trata en última instancia de descubrir el criterio que se utiliza al preferir dos productos que quizá nunca tengamos. Aunque el Ferrari no está al alcance de la gran mayoría, el Rolex no es tan inaccesible y todos hemos tenido un Casio. El mundo se mueve gracias a la producción y el consumo, la gente compra cosas caras porque tiene la impresión de que eso significa que son mejores que sus vecinos. Pero por primera vez hay reflexiones serias sobre qué hace mejor a un producto sobre otro y si una persona vale más que otra. ¿Es eso posible? ¿Rolex es mejor que Casio? ¿Cómo, cuándo y dónde? ¿Para quién? Lo mismo con el Twingo y el Ferrari. Es sabido que los productos de Rolex y Ferrari cuestan más dinero que sus equivalentes de Casio y Renault, pero eso no los hace mejores en esencia, ni para todos ni en todas las circunstancias y quizá ni siquiera nos obliga a preferirlos sobre otros similares. Entran en juego las circunstancias personales, la vida diaria. Quizá si vivo entre millonarios me parezca indispensable usar productos costosos que hagan notar mi nivel de ingreso o mi buen gusto, quizá no. Quizá entre millonarios saben quién es dueño de qué y no hacen falta ese tipo de signos externos que lo subrayen. Pero, si viajas a diario en el transporte publico mexicano, estoy seguro que no subirías con un Rolex en la muñeca. Primero, por no perder el reloj; segundo, por no perder la mano; y tercero; el Casio te da el mismo servicio sin ponerte de nervios. Tener un Ferrari en la Ciudad de México, no sólo significa un riesgo para tu seguridad, estoy cierto de que resulta insufrible entre los numerosos baches. Si vendieras los productos de lujo te alcanza para comprar dos o más de los productos populares, en eso no hay duda. Es obvio que Shakira comete un error al compararse con productos de lujo porque las personas no tenemos un precio y si te pones uno, por alto que sea, puedes ser comprado. Pero en la simpleza de la letra se entiende que sólo está diciendo que se cambió algo excelente por algo común y lo está expresando de modo que todos entendemos. Aunque, Renault no vende Twingo en México. Pero el error de poner precio a la vida de la gente no lo inventaron los esclavistas, quizá lo invento el Dios del Antiguo Testamento al dejar fuera del paraíso a Lilith o al usar una costilla de Adán para formar a Eva. Si necesito una costilla tuya para hacer a otro, es obvio que eres más valioso que el producto derivado por la simple razón de tener otras costillas.

Poner un valor en moneda a la vida de la gente es un sistema que se usa hoy y que fue utilizado para indemnizar a las familias de las víctimas del atentado a las Torres Gemelas. Pero volviendo al tema. El pensamiento crítico se ve beneficiado cuando un adolescente se cuestiona las razones para que una mujer de 45 con dos hijos crea valer más que una soltera sin hijos de 22. ¿Es más valioso tener hijos que no tenerlos? ¿Por qué? ¿Según quién? No se trata de que la pregunta sea justa o lógica. Se trata de que obliga a la reflexión. Para mí es evidente que el prestigio de Shakira y su facturación anual hacen que su valor económico sea mayor que el de su rival en amores. Pero si te pones en los zapatos del futbolista que fue su pareja, es lógico (no dije correcto) que el prefiera una mujer menos exigente y más joven que su ex esposa, aunque no facture un peso. Al menos eso piensa hoy, pero el mismo señor quizá no piense igual en cinco años. Ya veremos. Quizá ni siquiera está pensando en durar más de seis meses con la novia.

La genialidad del asunto está en que una letra simple de venganza puso a marcas famosas como Casio a justificar su valor y a calificar a su competencia. En el mundo del dinero, además del precio, hay otras circunstancias que brindan valor. La oferta y la demanda son hechos complicados. El dinero es el Dios de moda, pero hay cosas que escapan a la valoración monetaria. He visto un meme que decía "Twingo me hace feliz" y ponía una foto la "sustituta" de la cantante. ¿Somos sustituibles? Para la maquinaria del mundo nadie es indispensable, pero... ¿Es Clara el reemplazo de Shakira,  la rueda de refacción que entra al quite porque la titular está ponchada? Es obvio que no. La canción no viene a descubrir el hilo negro, pero empuja a que las dos neuronas que usamos para ir al baño se ocupen en pensar si las comparaciones, siempre odiosas, tiene algo de verdad o no. Si esa es la punta de la madeja que empuja a la mayoría a revisar la escala de valores, bienvenida sea. Cuando menos, la canción ya logró que intentemos hacer una valoración justa de las circunstancias y abrió el debate. No permitamos que esas neuronas vuelvan a su actividades habituales y se apaguen. Filosofemos.

Abraham Echauri

Human?