Ximena Guerra de la Veranda es una niña en un cuarto amarillo de un Hotel en la capital de Oaxaca.
Ella está jugando el juego infinito.
Ésta no es su casa.
Ella está perdida.
Pinta los muros de oscuridad todas las noches y el Sol la levanta por la mañana.
La oscuridad no permanece.
Esto me lo contó en un sueño, un 21 de marzo, mientras dormía la siesta en el cuarto amarillo de un hotel en Oaxaca.
Ella me pidió que les contara.
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