Hoy en la Cineteca Nacional se llevó a cabo la emotiva y agradable presentación de la decimosegunda edición del Festival Internacional de Cortometrajes de México, mejor conocido como Shorts Mexico, que se llevará a cabo del 6 al 13 de septiembre.
A la presentación acudieron:
María José Cuevas, actriz y jurado del festival en Ficción Nacional;
Luis Alberti, actor y jurado del festival en Documental Internacional;
Roberto Sosa, actor y jurado del festival en Ficción Internacional;
Ivette de los Santos, representante de IMCINE;
Benjamin Anaya, representante de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; y
Jorge Magaña, director del festival.
Jorge Magaña abrió la sesión presentando a los invitados y explicó lo que consideró más importante del festival. La inauguración se realizará con la proyección del largometraje La Habitación, compuesto por las historias de ocho directores, entre los que destacan Carlos Carrera, Daniel Giménez Cacho y Carlos Bolado. Manifestó que el festival únicamente presenta largometrajes cuando están constituidos por cortos. Explicó que aun cuando tanto largometrajes como cortometrajes son cine, cada uno constituye un género perfectamente definido. Mencionó que los filmes serán proyectados en veintidós sedes repartidas en las dieciséis delegaciones de la ciudad.
El director del festival subrayó que, en esta edición, se realizará un homenaje a Vanessa Bauche mostrando varios cortos en los que participó como actriz y uno dirigido por ella. También anunció que el festival llevará una selección de cortos mexicanos a Japón
Ivette de los Santos participó brevemente señalando que el IMCINE presentaba veintidós cortos en el festival.
Benjamin Anaya hizo hincapié en que los trabajos se proyectarán en lugares como Aragón, Milpa Alta y Tláhuac a través de la Red de Faros de la Ciudad de México. Y concluyó su participación con un afortunado símil entre la literatura y el cine. Recordó la frase de Julio Cortazar, “la novela siempre gana por puntos, mientras que el cuento debe ganar por nocaut” y concluyó que el corto es valioso porque siempre debe ganar por nocaut.
Luis Alberti habló con entusiasmo sobre su gusto por participar en los cortometrajes. Destacó que los jóvenes experimentan y buscan su identidad cinematográfica a través de los cortos, por lo que generalmente se trata de trabajos en los que destaca la libertad creativa, la eficacia y el ímpetu. “En cada corto se pone el corazón”. En ellos existe la necesidad de contar una historia porque todos somos historias que merecen ser contadas. “Los cortos quieren ser muy grandes”.
Roberto Sosa indicó que disfruta de participar en los cortos porque le brinda la oportunidad de conocer a mucha gente que está buscando su camino en la cinematografía y que generalmente se dedica a otra cosa. Explicó que las limitaciones de tiempo y de recursos convierten a estos filmes en experimentos lúdicos. Recordó un corto titulado “Excesos de Ciudad”, dirigido por Jorge Luquín, que cuenta la historia de la muerte de un tragafuegos en un semáforo. La duración debía ser la misma de la luz roja. Tal limitación era a la vez una virtud que exigió arduo trabajo de equipo y atención al detalle.
María José Cuevas señaló que el corto permite contar una historia a través de un celular o de una cámara de aficionado. Tal situación permite una libertad creativa que no es posible observar en los largometrajes.
Para finalizar la conferencia, Jorge Magaña destacó que en el festival se impone la necesidad de recibir cortos en todos los formatos porque lo importante es la historia.
Al concluir la conferencia, se organizó una breve sesión de fotos y después se proyectaron tres cortos:
El primero, simplemente magnífico, titulado Pussy (Cipka en polaco), dirigido por Renata Gąsiorowska. Una animación contundente, maravillosa y muy divertida que muestra a una mujer gozando del sexo consigo misma. No se lo pueden perder.
El segundo, Darrell, muy divertido también, dirigido por Marc Briones y Alan Carabantes. Una animación en 3D que tiene por escenario un andén del metro y cuenta el ligue frustrado de un camaleón.
Por último se presentó La chica que bailaba con el Diablo (A moça que dançou com o Diabo) dirigido por João Paulo Miranda Maria, y cuyo desenlace no me gustó pero me mantuvo atento.
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