Ayer, en el bosque encantado en las afueras de Blackwood, a 20 kilómetros de Liverpool, un ingenuo lobo gris dormía la siesta tras devorar a una niña y su abuela, cuando dos taladores furtivos pusieron fin a la vida de este ejemplar en peligro de extinción.
Con la intención de que su sacrificio por el ciclo de la vida no fuera una experiencia terrible y sangrienta, la tierna fiera había engullido completas a las mujeres. Las había sorprendido mientras platicaban recostadas en la yerba y con sus poderosas fauces las ingirió con sorprendente delicadeza.
Aunque el destino había dictado que las mujeres ofrecieran su vida para la continuación de la especie del lobo gris, ellas no se rindieron y gritaban dentro del estómago del depredador que con tanto cuidado las había tragado. El cuadrúpedo, agotado por el esfuerzo y con el estómago lleno, se recostó a dormir la siesta.
Dos taladores furtivos oyeron los gritos de las mujeres y decidieron acercarse. Notaron que el Lobo dormía profundamente y en lugar de ayudar a escapar a las mujeres o de matar al animal sin dolor, decidieron hacer lo inconcebible. Con el tosco filo de sus oxidadas hachas, abrieron la panza del animal sin delicadeza y sustituyeron a las ilesas mujeres con dos grandes rocas. Sin ningún tipo de destreza o asepsia cosieron el vientre con un lazo. Los aullidos de dolor espantaron a las mujeres que enseguida se dirigieron a la estación de policía a denunciar el horrible abuso.
Los leñadores, no contentos con la tortura impuesta al ejemplar de una especie en extinción, rodaron al lobo hasta el agua y lo empujaron hasta el centro del lago. La pobre fiera hizo todo lo que pudo para salvar su vida. Sin embargo, las rocas y la herida le aseguraron una lenta y dolorosa muerte. Las autoridades rescataron el cuerpo inerte del lobo, que será enviado a alguna universidad para su estudio, y apresaron a los malhechores que ahora están detenidos en espera de proceso. Las mujeres, a pesar de haber sido beneficiadas por el crimen, decidieron fungir como testigos en contra de los delincuentes que fueron capaces de los horribles actos antes descritos.
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