sábado, 23 de septiembre de 2017

Temblorina

Terrícola:
Temor taciturno,
tanto tonto temblor te tiene tenso, traumado.
Temprana taquicardia, terca temblorina.
Toma té. Traga tacos, tortas, tostadas, tamales.
Ten tanates.
Tranquilízate. 
Todo terminará tieso.
    -Tánatos-
                       Abraham Echauri

Los Jefes


jueves, 21 de septiembre de 2017

Los Jueves

En la colonia, los jueves son de mercado, mercado de tlacoyos y pescado. La calle se ilumina  con toldos rosados, la gente acude para hacer su mandado.
Los días de la infancia se han ido, hoy recuerdo lo vivido. Los jueves eran de pescado, comíamos amenazados, filetes empanizados.
Nube negra de zumbidos, a nuestra mesa  llegaba. Rodeando nuestras cabezas, nada la amedrentaba
Maldita fue su presencia, al concluir la comida, dictábamos la sentencia. Se abrían puertas y ventanas,  tomábamos todos un arma (periódicos, revistas, chanclas) y atacábamos con ganas. 
Cada tanto con un grito, la muerte se festejaba. Tras la feroz cacería, todo a la calma volvía. La nube se diluía, los cadáveres barría. Alguien los trastes lavaba, el cansancio nos ganaba. Pero siempre rezagada alguna mosca quedaba.
Jugo de piña tú bebes, de moscas eran los jueves.
        -Abraham Echauri-

Homogéneo


miércoles, 20 de septiembre de 2017

Ayer

Ayer un gigante invisible tomo la orilla oriente de la ciudad y sacudió el tapete. 
Hoy el sol volvió a levantarse por el Este. 
              -Abraham Echauri-

Multiplicidad


sábado, 16 de septiembre de 2017

La mascota del tango

Recipiente abierto,
color inocente.
Cáliz de ruegos,
recepción vacía,
traficante de besos,
Hogar de las babosas,
palacio de insectos,
hotel de mariquitas. 
Insignia de bastardos,
afán de secretaría,
peste de mercado,
fraude de festejos.
Mercancía de semáforo,
huésped de funerales,
compañía de los muertos,
adorno de panteón,
material de composta,
cliché de los amantes,
fuente del pensamiento.
La más pura calma.
Nada y todo,

sólo nada.
      -Abraham Echauri-

Una Oración por este país


viernes, 15 de septiembre de 2017

Ejercicio 4: Complicidades

Como todos sus hijos, asisto a su casa en busca del milagro. Miro su rostro solicitando su poderosa intercesión. Relato mis miserias. Le firmo pagarés de sacrificios absurdos que nunca honraré. La reina de los cielos, la señora de las miasmas, la emperatriz de mi infierno, me vigila a través de los ojos de sus ubicuos avatares. Con infinita misericordia me concede la promesa de su gracia. Ella, la Luz, la Luna, la Estrella Polar, me escuchó. Me siento transformado.
Con silencio protejo su secreto. Sé que no la engañaron, no alegó ignorancia, deseó a Gabriel y lo conoció. Ana le advirtió del riesgo de recibir en su cuenco aquella leche amarga. Quedó preñada y ocultó el embarazo. La desesperación se transformó en inspiración. Con alabanzas involucró a Dios en lo ocurrido. Agradeció a Yahvé por el regalo de su inmaculada concepción. Ese cuento tosco debió fallar. 
José también había abrazado y besado a Gabriel con una voluntad más intensa que la amistad. Para sepultar la vergüenza se unió al juego de su prometida y huyeron. Aceptar la verdad significaba el ridículo propio, el de su familia y el de su prometida. Esa niña decía la verdad. Entre sueños Jehová se lo confirmó. 
Ebrio de incredulidad, Gabriel se sumó al coro: Ese niño es el hijo de Dios. Yo fui testigo de la visita del arcángel. Para sí mismo repetía en silencio: No soy un padre ausente.
Aún incrédula, obligada por una secreta desconfianza, la joven repitió su historia como un mantra protector. En los oídos de su heredero la idea echó raíces. Los cómplices esparcían la buena nueva: Dios envió a su hijo a través de una virgen, para salvarnos. ¿Salvarnos de qué o de quién? No quiero pensar, es irrelevante. Nadie adivinaba que aquella fantasía se convertiría en un dogma de imperios. 
El creador aprendió a delegar. Se refugió entre las piernas de la madre de su único hijo, su primogénito recibió las llaves del Reino y tras el biombo que permite su ausencia atiende sin prisa a su vieja clientela.

La historia de Dios Hijo y su madre llegó a América en una ola perdida. Los discípulos trajeron sus textos. El muerto en la cruz se multiplicó. La sangre es un viejo hábito. La historia de la mujer caló profundo. Su osadía y su determinación son ejemplares. Yo, como ella, quiero salir de la nada y con puras palabras volverme inmortal.
                              -Abraham Echauri-

Abstracción Habitada


jueves, 14 de septiembre de 2017

Ejercicio 3: Veinte

Sentado en una de las ramas más altas observa la luna en el cielo. Tras la tormenta, las ranas croan. Mece las piernas pateando el viento y se olvida de sí mismo. Respira profundo el olor a hierba.
A ratos se distrae mirando las gotas que cuelgan de las hojas. En ellas se multiplica la luna. Recorre con un dedo  el borde de una hoja rompiendo los espejos y el agua escurre por su mano. Siente frío, está empapado. Se sacude. Su pelo libera una nube como un pared de niebla que se llena de luz por un instante y se hunde en la oscuridad. 
Su mirada vaga por el bosque lluvioso. Entre las sombras imagina la cara de su hembra. La recuerda mirándolo a los ojos, rascando su cabeza, espulgándolo, limpiando sus oídos. Recuerda sus dedos en su rostro, sus abrazos, su aroma y el calor de su cuerpo. 

La imagina con otro. Siente molestia en el pecho. Su respiración se detiene y su estómago gruñe. Sacude la cabeza intentando borrar el pensamiento. Se levanta  en la patas traseras, alza las manos, golpea su pecho y da un grito que golpea el monte. Otros monos responden a lo lejos. Se descuelga a otra rama, se talla la espalda contra el tronco, mastica una joven rama, se recuesta y contando las estrellas se deja vencer por el sueño.
                            -Abraham Echauri-

TRIángulo


miércoles, 13 de septiembre de 2017

Ejercicio 2: Donas

Cuando por la noche, después de la lluvia, salgo de tu casa, la calle se tiñe con olor a hierba. En mi moto avanzo, como en un sueño, sintiéndome vivo.
     Sin alas, soy un viento frío en Miguel Ángel de Quevedo. Frente al Krispy Kreme aterrizó. Allí el aroma de dulce levadura vence al de las plantas. Se cuela por debajo de mi casco y muerde mis pulmones. Me devora. 
   Para prolongar esos instantes quisiera hacer ochos y donas. La calle no es mía, la tienda está cerrada, las luces de los autos rompen el encanto. Acelero. Me alejo perseguido por la culpa glotona. No más donas. Mañana pasaré otra vez de madrugada.
                                -Abraham Echauri-



Caleidoscopio


martes, 12 de septiembre de 2017

Ejercicio 1: Tierna Taquicardia

Terca Tatiana Tesla 
tuvo torpe tortícolis,
tu tanga te tiene tiesa,
toma tranquila tequila,
troza tu tarta, trama trazada,
traga tonto tentempié,
tentación tántrica,
tetas turgentes,
tiéndete tantito tuerca transtornada,
tierna taquicardia,
tiñe tinto tu tálamo,
ten taimado tubo tostado todo terreno.
              -Abraham Echauri-

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