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miércoles, 31 de octubre de 2018
martes, 30 de octubre de 2018
lunes, 29 de octubre de 2018
El horario de verano
El horario de verano terminó el 28 de octubre. Los medios de comunicación agradecen que ya tienen la nota, pues cada vez que cambia el horario es necesario entrarle al mitote para distraernos de cosas realmente importantes. Ya sabemos que hay gente que se queja porque sus hijos deben salir de noche de sus casas para ir a la escuela, eso es malo ya que hace frío y los niños se enferman. Nadie repara en que lo adecuado es no tener hijos. También sabemos que se supone que ahorramos energía aunque ningún ciudadano reciba una factura más baja. Y sabemos bien que en México el guanabismo es la epidemia en la que las guanábanas están ausentes; pero si papá Trump usa ese horario, nosotros no queremos ser menos.
A fin de medirle el agua a los camotes, me dediqué a preguntar a la gente en la calle si creía que el horario de verano tenía ventajas o desventajas. De entrada la gente ni sabe cuál es el horario de verano. Aunque su nombre lo indica, siempre voltean a ver al de junto para cerciorarse de cuál es cuál. El lenguaje físico me indica que el horario de verano nos vale una pura y dos con sal.
Pasado el penoso trance de detectar que se acabó el horario de verano, viene la duda de cómo llamar al horario que comienza. ¿Es el de invierno? ¿El de Dios? ¿El normal? ¿El natural? ¿El de antes? El de siempre o el bueno parecen ser las mejores opciones para referirse a él. Entonces vuelvo a la pregunta: ¿tiene ventajas o desventajas? Los quejosos dicen que no rinde el día, pero da lo mismo. Por las respuestas lentas como la cuaresma, noto que la mente no responde o está apagada o que las preguntas de bote pronto parecen capciosas e inoculan el miedo a responder pendejadas. Comienzo a pensar que le estoy preguntando a pura gente equivocada o que mi pregunta está mal formulada. Decido entonces preguntar si les gusta el horario de verano. El cruce de miradas vuelve a ser la constante. “¿Es el que se acaba o el que empieza?”
En Facebook algunos amigos se apiadan de mí y escriben su opinión.
Rita dice: Creo que no hay ninguna y que la gente sólo busca de qué quejarse, yo nunca lo siento, al revés si no lo cambian siento que oscurece antes.
Francisco comenta: No hay ahorro real. Te paras antes y prendes la luz una hora antes. Sólo sirve para desquiciar más a la gente.
Salvador escribe: En las zonas metropolitanas de este país, el cambio de horario tiene efectos neutros, es decir no genera ahorros, ya que los tiempos promedio de desplazamientos diarios obligan a levantarse muy temprano y a regresar de noche, bajo cualquier horario…
Marcela dice: A mi me encanta el horario de verano no soy morning person así que no me afecta que amanezca tarde y si me encanta que a las 7 o hasta las 8 de la noche aun haya luz
Homero opina: No me gusta, cuando voy a rodar en bici aún no amanece, aunque una simple hora, despertar antes se me hace difícil .... (Comentario no científico ni de un experto en economía )
Dexter anota: Desventajas: desincentiva el deporte vespertino donde no hay buen alumbrado. Para las mujeres, recorre una hora más el riesgo de caminar solas al volver a casa. La convivencia familiar con actividades al aire libre también se reduce después de trabajar. Olvidé decir que eran desventajas del horario de invierno xD.
Adriana señala: A mí no me afecta en nada, no duermo más o menos, me adapto súper rápido al reloj, es una política que no es relevante para mi trabajo o mi vida personal, no me “azoto” con tan poco.
Rafa se descose: Yo amo el horario de verano. Me vale madre si se ahorra o no en energía eléctrica o si las bolsas de valores de sincronizan entre México, Estados Unidos o el Mundo o todas esas pártalas que dicen para justificarlo. El solo hecho de que el día dure hasta más de las ocho es de suyo una ventaja que impacta en el estado de ánimo. Quien se queja de tener que despertarse una hora más temprano simplemente es un huevón. Nunca se queja de despertarse una hora más tarde cuando el horario regresa. Huevón.
Roberto me deja un mensaje de audio: cuando se instituyó el horario de verano algún pasado de listo quería vender relojes para dicho horario. Me gusta levantarme y que ya esté soleadito. Lo peor del horario de verano es que la gente empieza a decir “es que con el horario anterior ahorita serían las 8”. El horario es el que es y ya.
Alguien más dice: El cuerpo no se acostumbra y pasan muchos días malos a causa del cambio. Otro suelta: Lo que jode es la movedera de la hora más y la hora menos. Y claro, es que se pierde una hora de sueño, pero el día dura más. Como por arte magia hay quien opina que el tiempo rinde menos gracias al horario de verano y yo me quedo pasmado de la impresión. Total que tenemos los que se paran a las cinco de la mañana para llegar a las seis y media a la escuela, pero no saben decir si hay ventajas o desventajas. Sólo hay confusión.
La gente es muy lista y ahora con Morena será la medida de todas las cosas, el horario les vale madres. Padecen o agradecen una hora de sueño menos o más y se quejan varios días del desajuste pero no sabrían identificar si les gusta más el plátano o la papaya. Yo creo que los extraterrestres tienen un plan malvado para engatusarnos con base en medidas de gobierno pendejas y cualquier día de estos nos comen en mole poblano.
Intentando recuperar la seriedad, daré mi opinión aunque no les interese. Antes del mediodía estoy medio zombie. El sol me pone de buen humor y cuando salgo del trabajo con luz solar siento que tengo vida. El horario de verano debería ser el único horario. El otro horario me jode mucho, me deprime salir de noche del trabajo. De noche todos los gatos son pardos y, después de pasar horas frente a la computadora, la oscuridad es indescifrable, me da harto sueño y el tráfico se pone más pesado. Y además la gente, igual que cuando llueve, se apendeja mucho para manejar. La luz solar calienta los ánimos, por lo que aumentan los delitos de sangre; sin ella todo se enfría y aumentan los robos. O sea que si no es chana es juana y eso ha sido desde siempre, con o sin horario de verano. Pero cuando termina el horario de verano es necesario consumir chocolate para evitar el bajón. También hay que alejarse de los centros comerciales porque las mierdas navideñas y lo villancicos ya llegaron hace rato. Andas como lampareado y te vuelves presa fácil de las ratitas que saben que ya cobraste el aguinaldo y que traes atorados dos güisquis del convivio en la oficina. Por cierto y sólo por no dejar: ¡Aguas con los suicidios!
domingo, 28 de octubre de 2018
sábado, 27 de octubre de 2018
viernes, 26 de octubre de 2018
jueves, 25 de octubre de 2018
miércoles, 24 de octubre de 2018
martes, 23 de octubre de 2018
lunes, 22 de octubre de 2018
domingo, 21 de octubre de 2018
sábado, 20 de octubre de 2018
viernes, 19 de octubre de 2018
jueves, 18 de octubre de 2018
miércoles, 17 de octubre de 2018
martes, 16 de octubre de 2018
Las obras son la vaca que la corrupción ordeña.
Ahora nos toca decidir si el aeropuerto se construye en Texcoco o Santa Lucía. La encuesta apesta a irresponsabilidad, a lavarse las manos, a el pueblo decidió. Yo no sé absolutamente nada de aviación, ni de ingeniería civil. ¿Ustedes sí? No puedo respaldar una opinión con base en estudios serios. Sólo tengo sentido común y sé que el agua siempre busca su curso. Decidir construir un aeropuerto en un lago es tan estúpido como ocupar el lecho de un río o hacer una casa en una barranca. La Catedral y Bellas Artes se hunden; los sismos de 1985 y 2017 han demostrado que estamos sobre un terreno inestable; y no son extrañas las noticias sobre socavones. En otras palabras la Ciudad de México se hunde y nadie quiere enterarse.
Para seguir la bonita costumbre, hoy se está construyendo un aeropuerto en un lago en el que aterrizarán toneladas todos los días. Estoy seguro que si se concluye y se pone en operación, las obras de mantenimiento y reconstrucción serán con cargo al erario público. A ojos cerrados prefiero Santa Lucía, patrona de los ciegos. Se vale soñar. Las obras son la vaca que la corrupción ordeña.
Para seguir la bonita costumbre, hoy se está construyendo un aeropuerto en un lago en el que aterrizarán toneladas todos los días. Estoy seguro que si se concluye y se pone en operación, las obras de mantenimiento y reconstrucción serán con cargo al erario público. A ojos cerrados prefiero Santa Lucía, patrona de los ciegos. Se vale soñar. Las obras son la vaca que la corrupción ordeña.
Ser mujer y vivir en México
Y prefiero que mis perritos coman carne de estas mujeres a que ellas sigan respirando mi oxigeno. Mil veces que coman los perritos y las ratas a que ellas sigan caminando por allí. Declara el llamado “Monstruo de Ecatepec”. Las noticias sobre los asesinatos de este hombre hacen necesario analizar el tema de los feminicidios. De conformidad con datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, en México, entre 2014 y 2017, fueron asesinadas 8,904 mujeres. 1,420 de estas muertes corresponden al Estado de México y 243 de ellas fueron feminicidios.
El INMUJERES señala que el 31 de julio de 2015 se declaró la alerta de Violencia de Género en 11 municipios del estado de México: Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca de Lerdo, Chalco, Chimalhuacán, Naucalpan de Juárez, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán Izcallí. La alerta de violencia de género contra las mujeres (AVGM) consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida y/o la existencia de un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres, en un territorio determinado (municipio o entidad federativa). El objetivo de la alerta es garantizar la seguridad de mujeres y niñas, el cese de la violencia en su contra y/o eliminar las desigualdades producidas por una legislación o política pública que agravia sus derechos humanos.
El término “femicidio” fue acuñado en 1970 por Diana Russell, una experta sudafricana en violencia de género. Esta expresión surgió como alternativa al término neutro de “homicidio” con el fin de reconocer y visibilizar la discriminación, la desigualdad y la violencia sistemática contra la mujer. Según la definición de Russell, el “feminicidio” es un asesinato sexista. Se refiere a “los asesinatos realizados por varones motivados por la creencia de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad sobre las mujeres”.
En la antología Femicide: The Politics of Woman Killing (Feminicidio: La política de matar mujeres), Russell, explica: la violencia contra las mujeres es un "mecanismo de control, sujeción, opresión, castigo y agresión dañina que a su vez genera poder para los hombres”.
La página de ONU Mujeres expone: “En México, siete mujeres son asesinadas al día. Esta expresión máxima de violencia continúa a pesar de que existen leyes en la materia, esto se debe a la impunidad y la falta de aplicación efectiva de éstas.”
Ana Yelí Pérez, asesora jurídica del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, afirma: “Ecatepec es el municipio más violento en México para las mujeres, incluso superando (sic) a Ciudad Juárez, que causó alarma internacional por el alto nivel (sic) de feminicidios”. “Más del 70% de los cadáveres de víctimas de feminicidio son encontrados en terrenos baldíos, aguas negras o tiraderos de basura. La mayoría sufrió violencia sexual. Casi todas estaban en edad reproductiva, entre 20 y 35 años.”
De acuerdo con el Observatorio, entre enero y junio de 2017, 800 mujeres fueron asesinadas en 13 estados y sólo el 49 % se investigó como feminicidio. Las razones por las que los feminicidios son tan abundantes en el Estado de México son evidentes:
María de la Luz Estrada, Coordinadora Ejecutiva del Observatorio, comentó: “Falta mucho para que las autoridades entren de fondo al tema de feminicidio”.
En el Estado de México, desde 2014 se estableció el tipo penal de feminicidio, es decir, fue necesario diferenciar entre el homicidio común y corriente y el homicidio de una mujer por razones de odio. Para entender mejor de que estamos hablando es necesario revisar la definición del delito.
El término “femicidio” fue acuñado en 1970 por Diana Russell, una experta sudafricana en violencia de género. Esta expresión surgió como alternativa al término neutro de “homicidio” con el fin de reconocer y visibilizar la discriminación, la desigualdad y la violencia sistemática contra la mujer. Según la definición de Russell, el “feminicidio” es un asesinato sexista. Se refiere a “los asesinatos realizados por varones motivados por la creencia de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad sobre las mujeres”.
En la antología Femicide: The Politics of Woman Killing (Feminicidio: La política de matar mujeres), Russell, explica: la violencia contra las mujeres es un "mecanismo de control, sujeción, opresión, castigo y agresión dañina que a su vez genera poder para los hombres”.
La página de ONU Mujeres expone: “En México, siete mujeres son asesinadas al día. Esta expresión máxima de violencia continúa a pesar de que existen leyes en la materia, esto se debe a la impunidad y la falta de aplicación efectiva de éstas.”
Ana Yelí Pérez, asesora jurídica del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, afirma: “Ecatepec es el municipio más violento en México para las mujeres, incluso superando (sic) a Ciudad Juárez, que causó alarma internacional por el alto nivel (sic) de feminicidios”. “Más del 70% de los cadáveres de víctimas de feminicidio son encontrados en terrenos baldíos, aguas negras o tiraderos de basura. La mayoría sufrió violencia sexual. Casi todas estaban en edad reproductiva, entre 20 y 35 años.”
De acuerdo con el Observatorio, entre enero y junio de 2017, 800 mujeres fueron asesinadas en 13 estados y sólo el 49 % se investigó como feminicidio. Las razones por las que los feminicidios son tan abundantes en el Estado de México son evidentes:
- El Estado de México es el Estado más poblado tiene 15 millones de habitantes. Tan sólo el Municipio de Ecatepec tiene más de un millón y medio de habitantes, y el municipio de Nezahualcoyotl cuenta con más de un millón doscientos mil habitantes.
- Rodea casi por completo a la Ciudad de México, es decir, alberga los cinturones de miseria de la Ciudad de México.
- Es ocupado cómo dormitorio. Su población recorre a diario grandes distancias para llegar a sus lugares de trabajo.
- Ha sido el Estado que más población ha recibido. Gente de todo el país llega a vivir en sus municipios.
- Tiene uno de los índices de pobreza más altos del país.
- Los servicios de salud y educación están rebasados o son inexistentes.
María de la Luz Estrada, Coordinadora Ejecutiva del Observatorio, comentó: “Falta mucho para que las autoridades entren de fondo al tema de feminicidio”.
En el Estado de México, desde 2014 se estableció el tipo penal de feminicidio, es decir, fue necesario diferenciar entre el homicidio común y corriente y el homicidio de una mujer por razones de odio. Para entender mejor de que estamos hablando es necesario revisar la definición del delito.
A partir del 14 de marzo de 2016, el Código Penal del Estado de México establece, en su artículo 281, que: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género.”
El mismo artículo enumera las razones de género. Se trata de ocho circunstancias que trasforman el homicidio de una mujer en un feminicidio.
La primera es que el cadáver presente signos de violencia sexual de cualquier tipo. En resumen, que se encuentren marcas de violación en el cuerpo. Esta característica es simplemente burda, ya que la violencia sexual puede ser tal que no deje marca. Sin embargo, dado que los casos de feminicidio son salvajes es comprensible la imprecisión del asunto.
La segunda, que al cuerpo se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia. En otras palabras que la mujer muestre signos de tortura y sexo.
La tercera que existan antecedentes, datos o medios de prueba de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima. Esta circunstancia implica una relación preexistente entre la mujer y el homicida. En otras palabras, el Código supone que la policía ha hecho su trabajo, ha recabado pruebas suficientes para probar quién ha privado de la vida a la mujer, ha aprehendido al asesino y lo ha puesto a disposición de las autoridades. Por cierto, la mayoría de los homicidios, sean de hombres o mujeres, son cometidos por personas que conocen previamente a la víctima y tienen una relación con ella.
La cuarta circunstancia es igual de ridícula que la anterior. Señala: “Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza”. Nuevamente el tipo penal pretende que se haya realizado una investigación confiable, que existan pruebas claras y que se tenga detenido al culpable.
La quinta circunstancia es que “existan datos o medios de prueba que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima”. Nuevamente los mismos supuestos absurdos que no coinciden con la realidad y que en la fantasía del legislador es necesario separar. ¿Ustedes encuentran alguna razón para que las tres últimas circunstancia que hemos revisado no se encuentren en la misma categoría?
La sexta circunstancia es que “la víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida”, en otras palabras que haya sido privada de su libertad, secuestrada. Otra vez el código asume una investigación impecable.
La séptima que “el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público”. Es decir, presupone que el asesino tiene el deseo de mostrar el cadáver. Sin embargo, la redacción es tan mala que no señala que debemos entender por “lugar público”. Un terreno baldío o un centro comercial no serían un lugar público, por la simple razón de que son de propiedad privada. Además, la policía rara vez encuentra un cadáver en un sitio privado sin acceso público. De modo que para que se cumpla este requisito tendríamos que encontrar el cuerpo en la vía pública o en una universidad pública o en un tiradero de basura y, hasta dónde yo entiendo, en todos los casos es así.
La última, la más absurda y ridícula de todas, “como resultado de violencia de género, pudiendo ser el sujeto activo persona conocida o desconocida y sin ningún tipo de relación”. Aquí tenemos que saltar al artículo 286 bis que explica la violencia de género como: conjunto de amenazas, agravios, maltrato, lesiones y daños asociados a la exclusión, la subordinación, la discriminación y la explotación de las mujeres y las niñas y que es consubstancial a la opresión de género en todas sus modalidades. La violencia de género contra las mujeres y las niñas involucra tanto a las personas como a la sociedad en sus distintas formas y organizaciones, comunidades, relaciones, prácticas e instituciones sociales y al Estado que la reproduce al no garantizar la igualdad, al perpetuar formas legales, jurídicas, judiciales, políticas androcéntricas y de jerarquía de género y al no dar garantías de seguridad a las mujeres. La violencia de género se ejerce tanto en el ámbito privado como en el ámbito público manifestándose en diversos tipos y modalidades como la familiar, en la comunidad, institucional, laboral, docente y feminicida de manera enunciativa y no limitativa. ¿Qué significa todo esto? En estricto sentido es la nada, en sentido amplio basta ser mujer y vivir en México.
Como podemos apreciar, la definición de feminicidio en el Código Penal del Estado de México es muy deficiente y ello nos hace pensar que no hay genuino interés en detener los feminicidios o cuando menos en castigarlos de manera ejemplar. Lo anterior revela un par de cosas cosas. Una que la palabra feminicidio es muy útil en sociología, antropología y otras ciencias sociales ya que da nombre a un crimen que implica una construcción social que discrimina sistemáticamente a la mujer. La otra, el feminicidio cómo tipo penal es absolutamente inútil en tanto conserve los supuestos que actualmente posee en el Código Penal. Primero porque homicidio o feminicidio no implica ninguna diferencia en el momento de la investigación (si es que ocurre) ni en la utópica impartición de justicia. El feminicidio agrupa de manera torpe varios delitos como son las lesiones, la violación y el secuestro. No es necesario un nuevo tipo penal. Lo que necesitamos es que el sistema de impartición de justicia funcione correctamente.
Por otra parte, es lógico pensar que detrás de los feminicidios está la delincuencia organizada dedicada a la trata de personas y el tráfico de órganos. Pero son las autoridades, quienes con su negligencia o corrupción permiten que este fenómeno crezca; asimismo, el machismo y la impunidad, alimentan esta epidemia como determinó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso del Campo Algodonero. El monstruo de Ecatepec es una cortina de humo que esconde a los verdaderos culpables de los feminicidios. No estoy diciendo que no sea él quién mató a varias mujeres; lo que digo es que las evidencias apuntan a que existe una o varias organizaciones que se benefician con los feminicidios. Es necesario que la ciudadanía se organice y exija cuentas claras a las autoridades. No debemos permitir que las policías y el sistema judicial consuman buena parte del presupuesto sin entregar resultados.
lunes, 15 de octubre de 2018
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jueves, 4 de octubre de 2018
miércoles, 3 de octubre de 2018
martes, 2 de octubre de 2018
El dos de octubre no se olvida
Cada persona con quién he hablado sobre el tema del 68 encuentra razones distintas para recordarlo. Ya sea porque por primera vez vieron los tanques del ejército en el Zócalo; porque perdieron a alguien; porque conservaron su vida; porque ningún gobierno debería asesinar a sus estudiantes; porque estuvieron en la cárcel; porque permanecieron encerrados en sus casas o por miedo a que la matanza de Tlatelolco se repita. Las causas para no olvidar son tantas como las personas que se vieron afectadas. El tema se ha mantenido vivo por cincuenta años. Se han creado fiscalías, comisiones y mesas de reconciliación y el gobierno ha tardado años en reconocer sus errores, quizá estaba muy ocupado cometiendo otros. Además se ocultó y perdió información, de modo que los hechos no han sido aclarados. Tampoco se buscó ni se encontró a los responsables y, por supuesto, no han sido castigados. Mientras los secretos continúen guardados nadie podrá olvidar.
La guerra fría concluyó, el muro de Berlín fue derribado y en México seguimos siendo incapaces de hacer un recuento verídico y objetivo de lo sucedido en el 68. El gobierno confía en el olvido, 50 años no han sido suficientes. Para colmo, al final de un sexenio priísta de corrupción y despilfarro, el fantasma se reaviva. Las noticias sobre los porros en la UNAM nos recuerdan que el régimen nos necesita tontos para seguir usándonos. Hoy, al igual que hace 50 años, los estudiantes son el futuro, asesinarlos es obligarnos a vivir en el pasado. Sin la verdad no habrá olvido y no sanará la herida.
lunes, 1 de octubre de 2018
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