sábado, 12 de octubre de 2024

En el teatro Comala

 

Carlos Campesino fue un hombre que murió en su parcela el 7 de septiembre de 1999, a los 64 años. Su hijo mayor encontró su cadáver tendido entre la hierba dos días. Tenía la piel del rostro quemada por el sol y la hinchazón lo había desfigurado. 

El predio de Carlos fue vendido en 2014 a un productor de teatro con gusto por las obras de Shakespeare, que construyó allí el teatro Comala. 

En octubre de 2024, un lunes por la noche las actrices Susana y Rita están ensayando los diálogos de la brujas de Macbeth, cuando el fantasma de Carlos aparece en el escenario y se pone a arar. La coa, su herramienta, hace un ruido terrible sobre las tablas del escenario. 

Pero sólo Susana puede verlo y oírlo. 


Susana: ¿Qué te ata a esta tierra? Sabes que no podrás probar sus frutos. ¿Sabes que estás sobre un escenario? ¿Qué dejaste aquí?


Rita: ¿Qué haces? ¿Con quién hablas?


Susana: ¿Buscas oro? ¿A tus hijos? ¿A tus padres? ¿Buscas tu alma? ¿Tus huesos?


Rita: ¿Estás loca? Eso no viene en el guión. ¿Con quién hablas? ¿Qué es ese ruido? ¿Me escuchas?


Susana: ¿Buscas a tus padres? ¿A tu perro?


Rita: Hace frío, ya vámonos. Te invito a cenar. ¿Me estás oyendo?


Susana: ¿Está aquí el camino que te llevará al otro lado? 


Rita: Eso, agarremos camino, vamos por unos tacos.


Susana: ¿Qué impulsa tus pasos a volver? ¿Qué placer encuentras aquí?


Rita: Lo que quiero es que salgamos de aquí. ¿me oyes?


Susana: ¿Por qué no te has ido?


Rita: Porque el coche es tuyo, tú me trajiste.


Susana: Platícame el día de tu muerte. Cuéntame tus recuerdos. ¿Con quién viniste? ¿Llegaste sólo? ¿Alguien te siguió? ¿Alguien te vio morir?


Rita: Ya no es gracioso, el ruido es horrible, es tarde y aquí está muy solo. Tengo hambre.


Susana: ¿Sentiste miedo?


Rita: Anda, pues. Con tus loqueras me está dando.


Susana: ¿Cómo llegó la muerte? ¿Pudiste verla? ¿Habló contigo?

Quizá simplemente la sentiste entrar por tus pies descalzos.


Rita: Nos vamos o le llamó a Miguel y te dejo aquí sola. ¿No quieres unos de pastor?


Susana: ¿Fue por las manos o por los ojos? Quizá al respirar tragaste su aliento frío.


Rita: Ni aliento frío ni que la chingada, ándale, dame las llaves.


Susana: De cualquier modo ya no estás aquí. Esta tierra no es tuya. Ni siquiera cultivan aquí. Tus ojos no miran, ¿No ves que ahora es un teatro?

Compartes escenario con las brujas de Macbeth.


Rita: Ya párale pinche Susana.


Susana: ¿Cuándo partirás?  ¿No te lo dieron? Aquí interrumpes la escena, tu cuerpo se cuela entre muros de castillos y se sumerge en los lagos. Tu piel verdosa y rígida rompe el ambiente de las habitaciones. Los niños lloran cuando apareces. 


Rita: Si no le paras… Te doy hasta diez.


Susana: ¿Qué dejaste pendiente? Recuéstate, siente las tablas bajo tu espalda. La tierra está más abajo, bajo el cemento. Éste no es tu lugar.


Rita: Es obvio que no es mi lugar, dame esas putas llaves.


Susana: Cierra los ojos, busca la luz, permite que la paz te encuentre.


Rita: ¿Acabaste?


- Abraham Echauri-


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