sábado, 14 de octubre de 2017

Argentina

No lo hagas. Ya sabes que cuando llegues a casa ella se dará cuenta. No caigas en la tentación. No vale la pena. Resiste. En cuanto abras la puerta, ella te dará un abrazo y la olerá en ti, en tu boca, en tu pelo, en tu ropa. Se dará cuenta al instante. Si te bañas, el olor del jabón será usado en tu contra. Si te pones nervioso será peor. Notará su presencia en tu sudor. No te dirá nada. Después revisará tu chamarra. Quizás sin darte cuenta traigas el recibo o los dulces que te delatarán por completo. Dejará de confiar en ti. Puedes contenerte. Sal. Huye. No lo hagas. ¿Cuanto puede durar el placer? ¿Quince minutos? ¿media hora? ¿y si te enganchas? Después no podrás zafarte. Si te dejas llevar todo se volverá complicado. Será difícil no querer más. Pasarás todos los días por aquí rumbo a la oficina y si te acercas, si la miras llegando, si la hueles. Eso te pondrá mal. Ojos que no ven corazón que no siente. Resiste. Hiciste un compromiso, respeta tu palabra. Se te ha insinuado o eso te gusta pensar. Sabes que sería fácil tomarla, hacerla tuya, devorarla. No opondrá resistencia. Para eso la trajeron desde Argentina. La traen desde allá porque está buena. Saben que el malinchismo pesa. Saben qué quieren los mexicanos. Carne firme y suave. Si caes, si lo haces, no podrás ver a tu mujer a los ojos. No habrá pretextos, ellas saben, siempre saben. Si cuando llegues está dormida, si no te delata la ropa, notará cuánto gastaste. Durante el desayuno, mientras te sirve el jugo verde, Raquel te preguntará: ¿Rompiste la promesa, verdad? Pondrás tu cara de estúpido y lo negarás. ¿Por qué eres tan cobarde? Ni siquiera puedes aceptarlo. Se sentirá engañada, defraudada. Te aplicará la ley del hielo. Te castigará sin sexo una semana, un mes o más. Le llevarás flores pero no podrá perdonarte. ¿Qué pensarías de ella si hiciera algo parecido? Pero estás seguro de que no lo hará. Sabes cuán importante es para ella la promesa. Eso te pasa por pendejo. ¿Para qué te casaste? Te mandabas solo. Y claro. Estos cabrones, tus amigos, te animan. Nadie se va a enterar, Manolo. ¿Que tanto es tantito? No le vamos a contar nadie. Lo que pasa en el table se queda en el table. ¿Cuándo te hemos fallado? Todos te animan salvo el ojete del Chano. Ese se burla. Tu vieja te va a dejar, te va a pedir el divorcio. Se ríe de ti. Las mujeres se pasean semidesnudas. No puedes pensar. Bebes otro tequila. Ya la pidieron. Parece inevitable. La deseas, te la comes con los ojos. Ya viene hacia tu mesa. Estás excitado. ¿Hace cuanto que no pruebas algo así? Te sudan las manos. Se te hace agua la boca. Fallaste corazón. Coges los cubiertos. ¿No que ya eras vegetariano? Ya ni la chingas. Te tocaba una ensalada César.

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