jueves, 14 de diciembre de 2017

TEATRO: El diario de un loco


¡Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco! 
Vicente Huidobro

La obra de teatro, basada en el relato del ruso Nikolai Gogol (1809-1852),  que montan Mario Iván Martinez y Luly Rede es salvaje. A ratos ligera y a ratos pesada y oscura. El monólogo se apega mucho al texto original, pero es diferente al famoso montaje que hicieran Carlos Ancira y Alejandro Jodorowsky hace veinticinco años y que es posible ver en YouTube.
Debe ser muy difícil estar solo sobre el escenario casi dos horas con la miradas de un teatro lleno sobre tu cuerpo. Nada te ayuda, no hay otro personaje que te dé la pausa o la entrada. Sólo está la música que a ratos armoniza con el movimiento y la luz que cambia de temperatura y foco. Mario Iván no se queda quieto un segundo, recorre completo el escenario y lo llena con su voz y sus gestos. Utiliza cada objeto en el escenario en más de una ocasión, la cama es una jaula, un refugio, un podio y una escalera. La cobija es un perro; la bufanda, una media; la alfombra, una capa. El escenario y Mario se desnudan, es decir, un hombre se va despojando de todo lo que no es inherente a su existencia y la ultima prenda en caer es la escasa cordura que aún posee. El trabajo físico es agotador. Subir, bajar, vestirse, desvestirse, levantar muebles,  rodar bajo los muebles, saltar y cantar. Mario deja todo sobre el escenario. No hay un reproche.
¿Qué nos quiere mostrar esta obra? ¿Cuál es el lugar de un hombre en el mundo? ¿La fragilidad de la mente? ¿La corrupción del Estado? ¿La ridiculez de la humanidad? ¿Las terribles diferencias de la sociedad? ¿El placer del delirio? ¿La correspondencia insulsa de las perritas? ¿El absurdo trabajo que se encarga a algunos burócratas para tenerlos entretenidos? ¿la erresponsabilidad del personaje con su propio destino?

El espejo es tan amplio que permite a todos encontrar lo que busquen. Quizá la obra busca hacernos reflexionar sobre nuestra cordura. Quizá solo quiere entretener y que pasemos un buen rato. Sin importar la intención del autor de la obra, Mario Iván divierte y emociona con su intensa y entregada interpretación. Queda a criterio de cada espectador analizar lo que vió y descubrir si tiene algún mensaje oculto para su vida. (Ab.)

Todos al estanque


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Dulce Corazón

¿De dónde saqué que viviría por siempre en tu corazón? Quizás escuché la frase en una novela. No querías verme ni hablarme. Te espiaba. Te adoraba. Te puse en un altar y tú no me mirabas. Para hacértelo fácil me oculté. Imaginaba que pensabas en mí, que cuando menos me odiabas. Deseaba que  mi presencia oculta fuera materia de tus pesadillas. Fui tu guardián y tu testigo. Alguna vez descubriste mi rastro, reñíste al aire con mi presentimiento. Nunca mentiste, no me querías, nada sentías por mí ni por nadie. No te creí. Te acostumbraste al olor de mi cuerpo, a que durmiera bajo tu cama, a estirar la mano y encontrar la toalla, al estricto orden de tus zapatos. Te amaba. La curiosidad me mataba. Necesitaba saber. Necesitaba asomarme a tu corazón abierto. Lo corté en finas láminas. Yo no estaba allí. Ni yo ni nadie. Ayer probé tu dulce carne. No quise comer demasiado, no quiero acabarme tu dulce corazón.

Explosión


jueves, 30 de noviembre de 2017

La puerta

Yo soy el que abre la puerta. 
Soy el umbral y el dintel. 
Yo soy el viento del norte. 
Mi voz es un ladrido de flores, mi mano es el fuego. 
Yo soy la magia.
Soy la música del huracán, soy la lluvia, 
soy el aroma del desierto, 
el latido de la noche y el ruido del día. 
Soy la flor, el insecto y el cadáver, 
la putrefacción vacía. 
Soy la pira y el libro,
soy la palabra y el silencio,
la página en blanco y el palacio suntuoso. 
Soy la nieve, el granizo y el sol de mediodía. 
Soy la muerte.
Soy el puente hacia el Espíritu,
soy la entrada y la salida. 
Soy padre, madre, abuelo, nieto, huérfano, viuda,
soy el muerto y el enfermo. 
Yo soy el pedófilo y el puto. 
La lesbiana, el transexual y el hetero. 
El sol es mío,
la luna es mía,
soy el pastor de las estrellas,
la puerta soy yo, yo soy el niño. 
Este es mi cosmos, todo esto es mío. 
Soy la botella y el vino. 
Soy la pesadilla y la esperanza,
el corazón y el miedo. 
Soy la mentira blanca y la magia negra. 
Soy el calor del agua, soy el río. 
Soy el muro y el ladrillo, soy la roca. 
Soy la serpiente oculta y el mar de leche. 
Soy Jonás y la ballena. 
Soy la moneda falsa y el billete de lotería. 
Soy la hormiga y la cigarra.
Soy un topo.
Mi nombre es secreto. 
Soy el cuervo, la zorra y el queso. 
Soy la rama y soy el que está sentado a la derecha de nadie. 
Soy el chacal y la rata. 
Soy Marte y Osiris. 
Soy el tiempo y la prisa,
soy la flecha y la tortuga. 
Yo soy el león y la espina. 
El asteroide del ebrio. 
La ofensa y la ofendida. 
El perdón y la burla. 
La soledad marchita. 
Yo soy el Om. El dolor y la fuga. 
La traición y el deseo. 
Yo soy el que cierra la puerta. 
Yo soy la cerradura,
yo soy la salida. 
Yo soy dentro y soy fuera. 
Yo soy la vida.

Ofrendas