martes, 11 de diciembre de 2018

¿Qué significa VIP en las salas de cine?

Si no tienes un cine en tu casa y tienes que asistir a un cine público, las siglas VIP, no significan Very Important People, significan Very Increased  Purchase. En otras palabras asistir a las salas vip no te hará muy importante pero incrementará tu consumo. Eso significa que eres mejor negocio para el cine y aunque en no tenía nada de malo, eso ha cambiado mucho. 
Hay ocasiones en que el mejor horario lo tiene la sala VIP, sabes que la película será muy larga, quieres darte un lujo idiota o acabas de cobrar y decides pagar un poco más. Cuesta el doble que el boleto normal pero piensas: estaré más cómodo. 
Cuando aparecieron estás salas, así era. El asiento de piel reclinable y la poca cantidad de personas en la sala mejoraba la experiencia del cine. Si tenías frío, podías pedir una cobija y eso funcionaba a las mil maravillas. Incluso podías comer algo o disfrutar una cerveza. Sin embargo, no sabemos utilizar las cosas con mesura. Las salas VIP pasaron de ser algo muy agradable a ser una pesadilla. 
La gente que paga un boleto para esas salas asume que  está en la cafetería de su preferencia. Una vez instalados en su sillón, les importa poco si la película ya comenzó o no, llaman al mesero, le piden todo lo que hay en el menú y por supuesto no controlan el volumen de su voz. Los empleados, antes cuidaban que la luz de su tableta no iluminara toda la sala y hablaban en voz baja. Ahora la utilizan sin mayor cuidado, se pasean con ella por los pasillos con el brillo al máximo  y no se apresuran a tomar la orden. Como si eso no fuera suficiente, cuentan el cambio que entregan en el mismo volumen en que hablan los consumidores. 
Ya que la orden puede contar con productos de la cocina, la dulcería o la cafetería, los productos son entregados en diferentes visitas, de modo que el mesero va y viene en repetidas ocasiones sin importar si la película está llegando a su clímax. No puedo culpar a los trabajadores de los cinemas, ellos sólo realizan su trabajo. Pero creo que podrían hacer lo mismo con mayor discreción. 
En cuanto a los tragones asistentes, debo decir que son una vergüenza. Yo también he pedido algo de comer en más de una ocasión. Pero lo hago antes de iniciar la función y pido algo para entretener el hambre, nunca todo lo que hay en el menú. Además hay bichos que se ponen a discutir con el mesero porque pidieron la baguette con queso manchego y la que recibieron lleva queso de cabra. Y hay otros que una vez concluido el drama de la compra de alimentos vuelven a activar la campanilla para pedir chiles toreados. Esta gente que no puede distinguir el cine del restaurante debería de ser expulsada del país.
Otros especímenes que asisten a la sala VIP, creen que el costo del boleto les da derecho a utilizar su teléfono indiscriminadamente. Con ellos me da mucha curiosidad qué será eso tan importante que no puede esperar un par de horas, supongo que el mundo puede colapsar si no atienden su celular. 
Otros simios creen que es de buen gusto que todos los asistentes escuchemos el ruido de su hocico al masticar, el que hace la caja de palomitas cuando la sacuden o el ruidoso sorbido del refresco. ¿Sabrán los administradores de los cines que pueden dejar de comprar popotes? Yo creo que sería un ahorro importante.
Todos los animalitos antes descritos suelen indignarse si les solicitas apagar su teléfono o simple y sencillo silencio. Así que en las salas VIP o Very Important Purchase, es más importante el consumo que la película. Si la cosa sigue por dónde va, creo que pronto las siglas estarán allí para representar Very Ignorant People

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